60. Pipal

 Entra en contacto con tu lado más espiritual

PIPAL

Hay casi tantos tipos de árboles como interpretaciones de lo que es la espiritualidad.

Pero independientemente de lo que signifique par ti, todo empieza por encontrar la manera de entrar en contacto con tu voz interior para poder alcanzar una sensación de paz. Se podría decir que el pipal, o áshuatha, es uno de los árboles más espirituales que existen.

En el siglo VI a.C:, buda llegó a la iluminación mientras meditaba bajo un pipal.

Desde Pakistán hasta llegar Myanmar, pasando por la India, el pipal sirve como recordatorio cotidiano del lado espiritual de la vida.

La gente construye altares bajo sus ramas y dice que “va a visitar el pipal” para indicar que se va a rezar.

Con una esperanza de vida de unos mil quinientos años, el pipal es un buen ejemplo del consuelo y la fuerza que nos puede aportar la espiritualidad.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson

59. Jarrah

 Ahorra para un mal día

JARRAH

Resulta más fácil vivir en el presente si estamos seguros de lo que nos depara el futuro.

Saber que podemos recurrir a algo en tiempos difíciles, ya sea a nivel emocional, práctico o financiero, es muy tranquilizador.

Del mismo modo, el jarrah confía en que cualquier incendio forestal que pueda haber en su hogar australiano pase muy deprisa y que solo se chamusque el tronco.

Sin embargo, tiene una póliza de seguros en caso de que pase algo más grave.

Justo debajo del suelo, almacena una provisión de nutrientes llamada lignotúber, de la que puede crecer otro jarrah en caso de que el original se muera.

Si los daños ocasionados son menos graves, el nuevo jarrah también podría brotar del tronco del árbol original.

Sea como sea, tiene ahorros en el banco.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

58. Lila

 La felicidad es una elección

LILA

Según dice la letra de una famosa canción, debes acentuar lo positivo y eliminar lo negativo. Si la lila pudiera escoger su propia banda sonora, seguramente elegiría esta canción.

Sabe que tomar la decisión de centrarse en las cosas buenas es el primer paso hacia la felicidad.

Este pequeño árbol suele crecer en suelos muy pobres y entornos urbanos contaminados, pero cada año, durante dos semanas, florece con toda su alma, produciendo unas hermosas flores tupidas que atraen un gran número de abejas y mariposas.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

57. Avellano

 Sé flexible

AVELLANO

Todos los árboles están de acuerdo con el lema de –“Dóblate para no romperte”, aplicable también a los humanos.

Los árboles tienen la capacidad de doblarse para que no los derriben los fuertes vientos, de la misma manera que nosotros tenemos que adaptarnos cuando nos surge alguna situación imprevista en la vida.

En cuanto a resiliencia y flexibilidad, el avellano es el yogui de los árboles.

Cada año hace brotar nuevos vástagos de la base de su tronco. Estos vástagos se convierten en unas varas muy flexibles que han demostrado ser indispensables para los humanos durante miles de años.

El lema de vida del avellano es “ser duro pero flexible”

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

56. Pino de Cook

 Mira bien hacia qué lado te inclinas

PINO DE COOK

Según dijo el Dr. Seuss, “Los árboles caen en el lugar hacia donde se inclinan”, así que asegúrate de inclinarte hacia el lado de las cosas buenas de la vida y de apoyarte en las personas adecuadas.

En general, los árboles prefieren crecer hacia arriba; sus células contienen unas pequeñas estructuras en forma de bolsillo que literalmente les indican hacia donde está arriba.

Sin embargo, el alto y delgado pino de Cook tiene una perspectiva más innovadora sobre la gravedad: le gusta inclinarse. Esté donde esté, este árbol se inclina hacia el Ecuador, ajustando el ángulo según la distancia a la que se encuentre el paralelo.

Los científicos creen que esta atrevida táctica tiene como objetivo maximizar la cantidad de sol que reciben las hojas en distintas latitudes.

Así que, sé como el pino de Cook e inclínate hacia el lugar que más te convenga.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

55. ul,

 No tienes que ser el centro del espectáculo

ABEDUL COMÚN

Sentirte orgulloso de tu trabajo, aunque sea humilde, puede proporcionarte una gran satisfacción. Es una verdadera lástima que el abedul común no pueda darse una palmadita en la espalda, ya que se ha esforzado mucho en hacer bien su trabajo desde la última glaciación.

Cada vez que se crea un claro, el vivaz y elegante abedul común es el primero en llegar y preparar el terreno para los demás árboles, en parte gracias a que el viento dispersa sus pequeñas semillas. Al cabo  de un tiempo, dado que su ciclo de vida dura unos ochenta años, se despide y deja que el nuevo bosque siga adelante sin esperar ni una simple tarjeta de agradecimiento.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

54. Enebro

 Echa raíces

ENEBRO

Los árboles son la prueba viviente de que podemos florecer en cualquier parte siempre y cuando echemos raíces lo suficientemente profundas.

Pongamos por ejemplo el enebro.

Este árbol crece en lugares áridos y secos como la región de Utah, en Estados Unidos, donde parece brotar de la roca maciza.

Este árbol tan resuelto tiene una raíz central que se ancla en la roca y puede crecer hasta doce metros de profundidad para buscar agua. Es tan fuerte que consigue abrirse camino por las grietas de las rocas.

El enebro también tiene raíces más pequeñas que se extienden hacia los laterales para poder absorber rápidamente el agua de lluvia antes de que se filtre por la tierra.

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          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

53. Nim

 Ofrece refugio a otros

NIm

Las relaciones que tenemos con los demás son muy importantes. Todos necesitamos cercanía y amor.

Además, cuidar de otros nos da un propósito y nos ayuda a empatizar,  cosa que a su vez puede ayudarnos a reducir el estrés y la ansiedad.

En sus países de origen, India y Pakistán, el nim crece en zonas propensas a sufrir sequías donde no brota casi nada más, por lo que todos agradecen la sombra que ofrece su gran copa.

Sus hojas son comestibles y contienen unas sustancias químicas que repelen a los insectos, en cambio su néctar causa un gran revuelo entre las abejas.

No es sorprendente que este árbol tan útil y generoso sea tan apreciado.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

52. Tupelo

 No seas derrochador

TUPELO

Los árboles son grandes maestros para enseñarnos a  provechar al máximo los recursos y utilizar todo lo que tenemos tan eficientemente como sea posible.

Por ejemplo, parece que los árboles como el tupelo son unos presumidos debido a la exhibición que hacen de sus hojas centelleantes en otoño, pero en realidad están siendo admirablemente frugales.

Antes de desprenderse de sus hojas, los árboles de hoja caduca se aseguran de reciclar cualquier cosa que pueda resultarles útil para el año siguiente.

Reabsorben la clorofila verde, cosa que las tiñe de color amarillo o naranja debido a una sustancia química llamada carotenoide, también de tonos rojos y morados a causa de la antocianina.

Reciclar nunca había sido tan atractivo.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

51. Alcornoque Mediterráneo

  Disfruta del camino

ALCORNOQUE MEDITERRANEO

La vida es un camino, y a pesar de que no todo sale siempre tal y como estaba planeado, es importante que encontremos la manera de poder bailar bajo la lluvia en vez de esperar sentados a que amaine la tormenta.

El alcornoque mediterráneo tiene un talento muy especial que los humanos hemos valorado durante miles de años. Este árbol tiene una corteza gruesa y mullida para protegerse de cualquier cosa, hasta de los incendios forestales.

Pero no le importa que de vez en cuando sus vecinos echen mano de un poco de corcho, normalmente para tapar una buena botella de vino,

Es cierto que durante un tiempo parecerá que está desnudo, pero seguirá adelante y se pondrá manos a la obra para producir más corteza.

Gracias a su resiliencia y su singularidad es un rey entre los árboles, muy apreciado en su Portugal natal.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

50. Arce Sicomoro

 Rompe la monotonía

ARCE  SICOMORO

Ser valiente para probar a hacer algo nuevo puede abrirte la puerta a crecer personalmente.

Sabemos que hay por lo menos sesenta mil especies de árbol. ¿No es maravilloso?

Esto se debe a que a lo largo de miles y miles de años se han ido adaptando a las diferentes circunstancias que se han encontrado.

Por ejemplo, el inteligente arce sicomoro aprendió a convertir sus semillas en pequeños helicópteros para que el viento pudiera llevárselas lejos del árbol original sin tener que producir frutos que pudieran devorar los pájaros y otros animales.

Recuerda que tiene que haber alguien lo suficientemente lanzado como para ser el primero en diversificar.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

49. Cedro Roj0

 Vive en armonía

CEDRO ROJO DEL PACIFICO

Una de las grandes lecciones que podemos extraer de los árboles es que tenemos que estar en armonía y aceptar toda la fascinante diversidad de la vida.

El majestuoso cedro rojo del Pacífico, oriundo de la costa noroeste de Estados Unidos, tiene pinta de ser un árbol que sabe cuidarse solo, pero aún así prefiere crecer en arboledas o bosques para poder entrelazar sus raíces con las de otros árboles y ayudarse mutuamente.

Los pájaros le ayudan a esparcir sus semillas, y sus ramas y su tronco son el refugio de una miríada de insectos y ranas.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

48. Palma de Sierra

  No te aferres a lo que te retiene

PALMA DE SIERRA

El orgullo es un sentimiento curioso, ya que puede tanto emponderarnos como ser el detonante de una gran desgracia.

A veces tenemos que dar el brazo a torcer para poder capear el temporal.

Pongamos por ejemplo la palma de sierra. En las zonas tropicales los huracanes forman parte de la vida, pero son muy peligrosos para los árboles altos. Así que, al igual que otros tipos de palma, este árbol no duda en dejar caer sus hojas cuando el viento sopla con mucha fuerza.

Claro que sus hojas son muy importantes, y además le sientan muy bien, pero para poder capear el temporal la palma de sierra tiene que convertirse en el blanco más pequeño posible para el viento. Además, siempre puede hacer brotar más hojas cuando haya pasado la tormenta.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

47. Haya

 Encuentra el momento oportuno

HAYA

Aunque normalmente tomar la iniciativa esté bien visto, forzar algo antes de tiempo no suele terminar muy bien, como sabe perfectamente la polifacética haya.

A pesar de que sus raíces se pasan todo el invierno preparándose para pasar a la acción  y están deseosas de hacer brotar un poco de follaje primaveral, el haya aguarda pacientemente a que llegue el momento oportuno, espera hasta que el día tenga por lo menos trece horas de luz.

Los árboles que se precipitan y empiezan a brotar a la mínima que hace un poco dde calor, suelen acabar lamentándolo.

Escomo cuando te pones chanclas al primer día de indicio de sol, pero luego desaparece tras una nube y los dedos de los pies se te quedan helados.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

46. Espino

 Aprende a capear el temporal

ESPINO

La reina de la música country, Dolly Parton, dijo una vez: “Las tormentas hacen que los árboles echen raíces más profundas”, y es completamente cierto; los árboles pueden adaptarse a vivir en sitios donde soplan fuertes vientos.

Si bien los tiempos difíciles son inevitables, depende de nosotros elegir como afrontarlos.

A los árboles les encanta crecer bien rectos, pero algunos como el espino, un tipo duro, han acabado aceptando que si viven en sitios muy expuestos no pueden ser tan rectos.

El fuerte viento constante daña sus ramas incipientes, por lo que solo puede crecer por el lado más resguardado, de ahí que tenga un aspecto torcido.

Para no caerse, el espino refuerza el tronco y las raíces del lado opuesto y así queda equilibrado y evita que lo derriben durante una tormenta.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

45. Azarollo

 Celebra lo que se te da bien

AZAROLLO

No tienes que ser el más grande, el más fuerte ni el más florido para prosperar

Mira por ejemplo, al modesto azarollo. Este árbol de desarrollo lento crece en cualquier lado, puedes encontrarlo tanto en la ladera de una montaña como en el jardín de una casa de las afueras. Seguramente durante la mayor parte del año no te darás ni cuenta que el azarollo está allí.

El secreto de su éxito se debe a las brillantes bayas rojas que producen en otoño.

A los pájaros les encantan y propagan la semilla del azarollo por todas partes.

De hecho, las semillas de este árbol no pueden germinar a menos que pasen por los intestinos de un pájaro.

 

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

44. Pino Silvestr

Defiende tu posición

PINO SILVESTRE

Tómate un tiempo para conocerte mejor y saber qué es lo que quieres y podrás llegar a ser tan estoico y seguro de ti mismo como el pino silvestre, el árbol nacional de Escocia (aunque probablemente siga sin apetecerte estar todo el día de pie expuesto a los vientos de las Highlands).

Este árbol hace por lo menos diez mil años que existe, así que, para ser justos, ha tenido mucho tiempo para reflexionar.

Pero es difícil no sentirse inspirado por este alto y poderoso árbol nativo que ha superado todos los obstáculos que se le han presentado en los últimos diez milenios.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

43. Roble

 Aprovechá al máximo los descansos

ROBLE

La falta de sueño es igual de perjudicial para los árboles que para las personas.

Después de pasar un verano de locos haciendo la fotosíntesis, en invierno toca descansar.

Puede que parezca que a los árboles les resulta muy sencillo dejar caer sus hojas, pero en realidad se trata de un proceso bastante activo.

Los árboles como el roble, por ejemplo, cuys hojas se vuelven marrones en otoño, reabsorben los  nutrientes de las hojas en sus troncos y luego crean una barrera de células entre las ramitas y las hojas antes de dejarlas caer.

Es un proceso agotador.

Así que cuando terminan dejan descansar sus ramas y están más que contentos de quedarse al margen de la acción durante las largas y oscuras noches de invierno, sin hacer prácticamente nada.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

42.Banksia

 Acepta el cambio, aunque te de miedo

BANKSIA

El banksia de Australia no es muy buen bombero y, siendo realistas, las probabilidades de que pueda salir huyendo rápidamente en caso de un incendio forestal son más bien limitadas.

Pero sabe que incluso algo tan destructivo como un incendio puede allanar el camino para una nueva vida y nuevas oportunidades.

El intenso calor de las llamas es lo que en realidad provoca que el árbol suelte semillas. Y dado que el fuego elimina todo el sotobosque, las intrépidas semillas del banksia pueden acceder a la luz y los nutrientes de los que antes carecían.

La vida siempre acaba resurgiendo, y el banksia está decidido a ser de los primeros en hacerlo!

 

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

41. Kauri

 Aprende a valerte por ti mismo

KAURI

Saber que tienes la fortaleza interna para lidiar con cualquier cosa que se interponga en tu camino es clave para la confianza de cualquiera.

El majestuoso kauri de Nueva Zelanda lo tiene todo bajo control. Este tipo de árbol puede vivir más de 1000 años, ya sea en la soledad más absoluta o como parte de un bosque. Es totalmente independiente y tiene una gran capacidad de autosuficiencia.

En realidad, es una suerte, ya que su tronco puede llegar a ser tan grande que harían falta siete personas tomándose de las manos para darle un abrazo.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

40. Fresno

 Celebra tus puntos fuertes

FRESNO

A veces nos cuesta no compararnos con otras personas. Pero los árboles saben que la verdadera confianza en uno mismo proviene de valorar lo que llevas adentro.

El fresno produce una de las maderas más resistentes y crece muy rápidamente.

Pero cuando llega la primavera no tiene prisa por ser el primero en hacer brotar hojas nuevas. Mientras que las hojas de haya y el roble forman un follaje muy tupido, por lo que casi ninguna planta puede prosperar Bajo su copa, el follaje del fresno no es muy denso, así que pueden crecer otras plantas bajo su sombra parcial.

En resumen, pues, el fresno es un árbol fuerte y muy seguro de sí mismo, pero no te será de gran ayuda si se pone a llover.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

39. Cipres calvo

 Sé proactivo

CIPRES CALVO

A veces solo necesitamos cuidarnos un poco para sentirnos mejor. Pero en otras ocasiones son encontramos con problemas específicos que requieren soluciones prácticas. Tomar la iniciativa y  enfrentarse a los problemas de frente puede generar un sentimiento muy poderoso.

En medio de los pantanos habita el ciprés calvo, un árbol que sabe cómo conseguir resultados.

No solamente ha desarrollado un sistema para transportar aire a las raíces que tiene por debajo del nivel del agua, sino que también es capaz de absorber el agua de las inundaciones, de prevenir erosiones en su hogar acuático y de eliminar la contaminación.

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

38. Arce azucarero

 Cuida de la siguiente generación

ARCE AUCARERO

Todos nos hemos sentido alguna vez como un pequeño árbol en medio de un gran bosque.

Así que cuando consigas estar un poco más establecido y tengas tu propio trocito de tierra soleada, no te olvides de los arbolitos que vienen detrás de ti.

Los árboles que crecen en arboledas, como por ejemplo el arce azucarero, utilizan sus redes subterráneas para proporcionar glúcidos a la generación más joven que puede estar pasándolo mal en la sombra.

Así que echa un vistazo a tu alrededor… ¿Hay alguien de tu bosque que necesite un poco de ayuda para crecer?

 

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

37. Boj

 Déjalo correr

BOJ COMÚN

Los árboles también reciben golpes, magulladuras y contusiones, y aunque no puedan moverse, ¡siempre siguen adelante!

En vez de gastar energía intentando arreglar una parte  dañada o luchando contra una infección, los árboles sellan la zona en cuestión para que no afecte al resto del tejido sano.

El boj común es el maestro en dejarlo correr, ya que no se preocupa por las ramitas que pierde.

De hecho, al tener que redistribuir la auxina, la hormona del crecimiento de las plantas, acaba creando un follaje más tupido y resistente.

Y precisamente estas características lo convierten en el candidato ideal para ser un seto.

O para practicar la poda artística, si te va este tipo de cosas.

 

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

36. Nogal japonés

 Nadie es perfecto

NOGAL JAPONÉS  (conocés su nombre más popular? Seguro que sí!, contame…)

Si nos presionamos para ser excelentes en todo, acabaremos sintiéndonos estresados y decepcionados El logrado nogal japonés es resistente y hermoso, y los fósiles demuestran que hace más de doscientos millones de años que existe (se cree que algunos de los individuos que hay en los templos chinos tienen más de mil quinientos años).

Es capaz de prosperar en las ciudades más contaminadas, e incluso sobrevivió a la bomba de Hiroshima. En otoño, sus hojas en forma de abanico se tiñen de un hermoso color amarillo brillante.

Sin embargo, sus frutos desprenden un olor completamente repugnante. ¡No se puede tener todo!

          De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

35. Alamo americano

 Ama tu edad

ÁLAMO AMERICANO

Tendemos a centrarnos en los aspectos negativos de envejecer y a pasar por alto las pequeñas ventajas que acompañan la madurez y la experiencia.

Seguro que a estas alturas no te sorprenderá saber que los árboles no cometen ese error. De hecho, se esfuerzan por ser mayores y disfrutar de su vejez cuando les llega.

El álamo americano es el árbol de crecimiento más rápido de toda América del Norte; los individuos jóvenes son ambiciosos y competitivos, y pueden pegar un estirón de hasta dos metros en un solo año en su afán por tomar la delantera.

A medida que ven envejeciendo crecen más despacio, pero esto no quiere decir que se rindan.

Es como si estuvieran ganando músculo, igual que los culturistas de mediana edad, convirtiéndose así en los mejores en captar el dióxido de carbono de la atmósfera.

          De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

34. Abeto de Douglas

 Aprovecha tu comunidad al máximo

ABETO DE DOUGLAS

Al igual que los humanos, los árboles también tienen una red de apoyo.

Los científicos quisieron averiguar por qué algunos árboles como el abeto de Douglas crecían tan juntos, ya que potencialmente podrían Estorbarse para obtener la luz del sol.

Resulta que sus raíces están conectadas gracias a la ayuda de un hongo que hay en la tierra, por lo que pueden intercambiar nutrientes entre ellos.

El abeto de Douglas utiliza su red para nutrir a la siguiente generación de árboles, incluso puede llegar a mantener vivo el tocón de un árbol caído si es importante para el resto de la comunidad.

Esta comunidad no incluye solamente a abetos de Douglas, sino que también están dispuestos a ayudar gustosamente a sus vecinos, aunque sean de una especie diferente.

          De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

33. Pistacho chino

 Adáptate a las estaciones

Acepta tus limitaciones

Estamos en pleno mes de Junio y la cálida brisa sopla suavemente entre sus ramas; pero antes de que te des cuenta, las noches se hacen más largas y un aire gélido presagia la llegada de una helada.

Igual que los árboles, debemos encontrar la manera de mantenernos sanos en los momentos más duros.

Los árboles pierden mucha agua a través de sus hojas, agua que no pueden reemplazar si el suelo está helado; además, tener un gran follaje ondulante es una pesadilla en medio de una tormenta de invierno.

Es por eso que los árboles latifolios, como por ejemplo el pistacho chino, aceptan que no van  a poder hacer la fotosíntesis durante un tiempo y se deshacen puntualmente de sus hojas.

Sin embargo, nadie dijo que no pudiera hacerlo con estilo.

El follaje del pistacho chino se tiñe de un espectacular color rojo intenso antes de caer, listo para aguantar otro invierno.

          De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

32. Secuoya Gigante

Acepta tus limitaciones

A veces nos forzamos demasiado y no siempre apreciamos las cosas que tenemos a nuestro alcance.

 Si a también te ocurre eso, piensa en la secuoya gigante. 

Este maravilloso árbol puede llegar a ser tan alto como un rascacielos, pero aún así sabe cuándo es el momento de detenerse y evaluar la situación.

Los árboles utilizan un inteligente proceso de evaporación para llevar el agua hasta sus copas, donde hacen la fotosíntesis. Pero según las leyes de la física, este sistema solo puede funcionar hasta los ciento veinte metros de altura,

El árbol más alto del planeta es una secuoya gigante llamada Hyperion que mide ciento             quince metros, lo ves?

 

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

31. HAYA

 Averigua lo que realmente te molesta  

Todos tenemos momentos en los que estamos algo alterados, aunque no sabemos exactamente por qué.

En estos casos, a menudo la clave para volver al buen camino es invertir un poco de tiempo en hacer introspección.

Aunque los árboles no disponen de muchas opciones para resolver sus problemas, los científicos están convencidos de que tienen muchas más herramientas disponibles delo que habíamos asumido hasta ahora.

Por ejemplo, el haya es capaz de distinguir si la ha mordisqueado un ciervo y, en consecuencia, liberar taninos para que sus hojas tengan un sabor horrible. En cambio, si simplemente se le rompe una ramita a causa del viento, solo produce las hormonas necesarias para sellar esa parte y curarse.

Así que, sé más  como el haya y tómate un tiempo para averiguar qué es lo que les pasa a tus ramas.

 

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

30. Cerezo Yoshino

 Vive el presente

Cualquier afortunado que pueda ver las magníficas flores del cerezo Yoshino en persona seguro que quedará maravillado por la experiencia. 

En Japón las familias y los amigos se reúnen para hacer un picnic bajo estas hermosas flores, casi completamente blancas, durante las dos breves semanas en las que florecen.

Para los budistas, esta es una experiencia espiritual que nos recuerda que la belleza, como la vida, es efímera, y por eso debemos apreciarla mientras dure y aprovechar cada momento.

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

29 PINO SALGAREÑO

 Al igual que las personas, los árboles florecen cuando aprenden de sus experiencias pasadas.

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los más altos, como en el caso del pino salgareño,  es el viento que parece soplar más fuerte cuando creces en una ladera expuesta.

Si además, eres el árbol que está justo al límite de la arboleda, el aire te impacta más todavía. Es por eso que los que se encuentran justo allí, han adaptado su manera de crecer, desarrollando troncos más estrechos y fuertes, para poder resistir las embestidas de los vientos invernales.

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

28. SANGRE DE DRAGON

 No pasa nada por ser diferente.

 

¿Por qué encajar, si puedes destacar?

Si los dinosaurios hubieran usado paraguas, seguro que se habrían parecido al árbol de la sangre de dragón.

Su largo y grueso tronco está coronado por una copa donde se juntan todas las hojas bien apretadas entre sí para poder recoger el agua de la niebla.

Si le haces una pequeña muesca en la corteza, verás que reuma una resina de color rojo intenso. En el siglo XVII, esta resina se secaba y se exportaba a Europa, donde no es de extrañar que creyeran que tenía propiedades mágicas.

El árbol de la sangre de dragón nos demuestra que ser raro es guay!

 

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

27. Guarea

 Céntrate en la parte positiva   

Caerse forma parte de la vida y descubrir cómo volver a levantarnos es nuestra manera de aprender.

Si eres un árbol, es más fácil decirlo que hacerlo.

Cuando llegan las tormentas tropicales a América Central y Sudamérica, los árboles como el guarea resisten todo lo que pueden, pero a veces el viento sopla demasiado fuerte y no les queda más remedio que dejarse caer al suelo.

A pesar de encontrarse inesperadamente en posición horizontal, el guarea no se da por vencido.

Enseguida vuelven a brotar nuevos vástagos a lo largo del tronco caído, que los nutre con agua y alimento hasta que están listos para echar raíces y vivir por su cuenta.

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

 

26. Gutapercha

 Apunta a lo más alto

El gutapercha es un buen recordatorio de que nunca deberíamos dejar de aprender y crecer, ni perder de vista nuestros objetivos.

Sabe perfectamente lo que quiere y no duda de ir por ello.

Se ha ganado un puesto en la selva de la península de Malaca, donde ha aprendido que, si quiere que le toquen unos rayos de sol, tiene que crecer hasta llegar al follaje del bosque tan rápido como le sea posible.

Es por eso que crece bien erguido hasta una gran altura sin apenas preocuparse por las ramas o las hojas que tiene debajo de la copa, hasta que no llega adonde tiene que llegar.

 

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

25. BANIANO

 Sigue tu propio camino.

Suele haber varios distintos  caminos para  llegar al éxito., así que no todos tenemos que ir por el mismo.

El extraño y  maravilloso baniano es un gigante con la mayor copa de entre todos los árboles.

Pero no comienza su vida en el suelo.

La semilla de este inconformista emprendedor emplea su vida como una planta epífita en la grieta de otro árbol y absorbe el agua y los nutrientes de su entorno.

Cuando crece lo suficiente, extiende raíces desde sus ramas directamente hasta el suelo.

Como ves, se puede ser árbol de muchas maneras distintas.

               De “Sé como un árbol” de Liz Marvin e ilustrado por Annie Davidson.

24. SAVIA AZUL

 No te preocupes por lo que no puedes controlar

Podemos cambiar algunas cosas, pero hay otras que no nos queda más remedio que asumir. Por ejemplo, si de pronto te dieras cuenta de que vives encima de un montón de depósitos de metal venenoso, seguro que te preocuparías un poco.

Pero la savia azul ha descubierto una manera extremadamente inteligente de lidiar con la alta concentración de níquel  que hay en la tierra de Nueva Caledonia, la isla donde vive.

Gracias al ácido cítrico, es capaz de almacenar el peligroso níquel en su savia, que por esto se vuelve de color azul.

Si no puedes cambiar algo que te molesta, es más productivo que, en lugar de preocuparte, inviertas tus energías en encontrar una manera de vivir con ello.

             De “Sé cómo un árbol”  Liz Marvin e ilustraciones de Annie Davidson