No te aferres a lo que te retiene
PALMA DE SIERRA
El orgullo
es un sentimiento curioso, ya que puede tanto emponderarnos como ser el
detonante de una gran desgracia.
A veces tenemos
que dar el brazo a torcer para poder capear el temporal.
Pongamos por
ejemplo la palma de sierra. En las zonas tropicales los huracanes forman parte
de la vida, pero son muy peligrosos para los árboles altos. Así que, al igual
que otros tipos de palma, este árbol no duda en dejar caer sus hojas cuando el
viento sopla con mucha fuerza.
Claro que
sus hojas son muy importantes, y además le sientan muy bien, pero para poder
capear el temporal la palma de sierra tiene que convertirse en el blanco más
pequeño posible para el viento. Además, siempre puede hacer brotar más hojas
cuando haya pasado la tormenta.
De “Sé cómo un árbol” de Liz Marvin e
ilustrado por Annie Davidson.
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