Jonathan Drori viaja a través del tiempo y de las culturas aportando
datos científicos para demostrar que los árboles desempeñan un papel en todos
los ámbitos de la vida humana.
Las historias abarcan desde lo romántico hasta lo lamentable. Desde el
baniano sagrado de la India hasta el fragante cedro del Líbano.
Algunas iluminan las sorprendentes relaciones históricas entre las
personas y especies aparentemente familiares, como el olmo y el haya.
Otras muestran lo exótico y lo extraordinario, como el explosivo jabillo
o el curioso árbol de la Polinesia, que acumula una enorme cantidad de metal.
Cada una de estas historias, sorprendentes y reales, pobladas de monjes
que se automomifican, cabras que trepan a los árboles y frutos radiactivos.
Bellamente ilustrado Lucille Clerc, un placer!.
No lo dudes, disfrutarás de un
viaje tan hermoso como revelador.
Y a vos, ¿Qué te gusta leer? ¿Me
recomendás alguno? Cambiemos figuritas! Dale!