de Hope
Jahren.
"Las semillas saben esperar, todo inicio es el fin de una espera. A
todos se nos da una única oportunidad de ser. Cada uno de nosotros es tan
imposible como inevitable. Todo árbol adulto primero fue una semilla que
esperó. Las personas son como las plantas, crecen hacia la luz. Cómo científica
soy como una hormiga: insuficiente y anónima, pero más fuerte de lo que
aparento pues formo parte de algo mucho más grande que yo……. Cómo cualquier
persona que alberga valiosos secretos después de años de búsqueda he estado
deseando poder contárselos a alguien. Así que deja que te cuente algunas cosas,
de científico a científico, de persona a persona, con toda la ilusión que nos
permite, sentirnos parte de este inmenso laboratorio natural del que formamos
parte como observadores y como experimento mismo".
Hope escribe de una manera tan
sencilla, natural y amena, que nos olvidamos que es un libro de divulgación
científica. Es un canto al amor a la Naturaleza, de la mano de la ciencia, y
del corazón de una mujer que conmueve con sus relatos de investigación, a la
vez que nos llama a respetar el mundo
vegetal en toda su dimensión:
“Nuestro mundo se está desmoronando en silencio. La civilización humana
ha reducido las plantas -una forma de vida de 400 millones de años- a tres
cosas: alimento, medicina y madera. En nuestra implacable y cada vez más
intensa obsesión por obtener más volumen, potencia y variedad de esas tres
cosas, hemos devastado los sistemas ecológicos vegetales hasta un extremo que
millones de años de desastres naturales no pudieron alcanzar. Las carreteras se
han multiplicado como un hongo desenfrenado, y los interminables kilómetros de
cunetas que las flanquean sirven de apresurada tumba a tal vez millones de
especies de plantas extinguidas en nombre del progreso”.
¡Super recomendable! Me encantó reflexionar con La Memoria Secreta
de las Hojas