Hoy sábado
de remate en la comunidad amish de Salem!
Como no es
ético fotografiar a personas sin permiso, y menos aún, como si fueran objetos
(¡?) extraños, me he frenado las manos y
mantenido la cámara a buen resguardo para no hacerlo.
Resistí la
tentación, pero no puedo evitar compartirles algunas imágenes tomadas de
internet, para contarles la paz y la alegría que se siente estando cerca de
ellos.
Dos veces al
año, convocan a un remate general de todo tipo de objetos en desuso, propios o
de vecinos de la zona que se suman al festejo.
Y tuvimos la
suerte de ser invitados una vez más!
Repetimos la experiencia del año anterior, cuando les conté más sobre
sus usos y costumbres…. (ver capítulo
del 23/9/2015 )
Llegamos a
las 9 am. y el parking ya estaba lleno de las camionetas de los visitantes,
trailers, y obviamente los típicos carruajes negros, tan livianos y esbeltos
que parecen dispuestos a volar. A la sombra de los árboles, sus caballitos
esperaban el final del evento, pasado el mediodía.
Apenas
llegar, saludamos a los amigos de Salem y compartimos abrazos, mientras el
autoparlante anunciaba los primeros lotes a rematar: desde maquinarias agrícolas, heladeras,
sogas, baúles, muebles de ocasión, juguetes, cadenas oxidadas, reposeras percudidas,
discos antiguos, cortadoras de pasto o limpiadoras de alfombras, de todo! y
todo con su precio de base.
Después de
hurgar por el baratillo de cosas innecesarias (para nosotros!), preferimos una
parada en la tienda de comestibles: pan y tortas caseras, así como helados y
bocadillos. Aquí sí no resistimos la tentación, y el calor obligó a unos
refrescos!
Con el sol a
pleno, volvimos a nuestro campamento dispuestos a una buena siesta.
¿Cómo
retratar el calor???? Sólo las moscas no
paran de dar vueltas, aquí la quietud es total….
A media
tarde, tocó el turno de probar los arneses a Flip and Dip. Aunque parezcan
gemelos, son solo hermanos con 1 año de diferencia.
El primero
se dejó poner el arnés como si supiera, aunque fue su primera vez! Pero llegado el turno de las bridas, se puso
caprichoso. Más que caprichoso! En realidad, estaba asustado, lo
desconocía! Y no tiene un pelo de tonto!
Cómo Bernard
no se deja vencer tan fácilmente, apeló a distintas tácticas: desde sobornarlo
con bocaditos de “trufas para caballos”, mimos en las orejas, palabras dulces a
los ojos, gritos enérgicos de obediencia, y algún que otro chirlo.
Finalmente lo logró!
Digo,
Bernard logró salirse con la suya, y recompusieron su idilio… listo para
training con la carreta.
Luego le
tocó el turno a Deep, quién más sumiso, aceptó desde el soborno inicial hasta
el bozal final. Todo más fácil!
Finalmente la caminata de rutina, con Buffalo secundando el cortejo:
Por hoy,
tarea cumplida!
Sólo resta
la cena campera…..
Gracias por
acompañarnos en esta aventura! Que ya pronto comienza a andar…
y qué fue de las mulas??? algo me perdí en este azaroso camino... buen viaje!!!!
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