La vida está llena de pequeñas maravillas.
¿Alguna vez te has dado cuenta de que un simple acto de
amabilidad puede alegrarte el día? El secreto para tener una vida feliz está en
las pequeñas alegrías y en el poder compartirlas.
Pongamos por ejemplo la palma de azaí, que es capaz de
prosperar en las profundidades del corazón del complejo ecosistema de la selva
amazónica y tiene como objetivo compartir el amor.
Atrae alrededor de doscientos tipos distintos de insectos con
un delicioso polen y sus hermosas bayas, altamente nutritivas y de color morado
oscuro, son el alimento de muchos pájaros, reptiles y otras criaturas en busca
de una golosina.
De “Sé
cómo un árbol” Liz Marvin e ilustraciones
de Annie Davidson
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