Descansa mucho.
“Aprovecha mientras puedas”, dicen.
¿Y cuando no puedas? Pues tómate un
descanso y aligera tu carga.
Las coníferas, como por ejemplo el
abeto blanco, son unas expertas en saber cuál es el momento de tomárselo con
calma.
A diferencia de sus amigos
latifolios, estos árboles mantienen sus agujas todo el año, por lo que pueden
seguir haciendo parcialmente la fotosíntesis en los días soleados de invierno.
Sin embargo, cuando llega esta época
del año se lo toman con más calma y se centran en no perder agua a través de
las hojas.
De “Sé
cómo un árbol” Liz Marvin e
ilustraciones de Annie Davidson
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