Érase una vez…. un árbol.
Parecía quietito, aunque temblaba de miedo…
Parecía altivo, erecto, fuerte! Pero por su savia corría una
duda: hasta cuándo me dejarán aquí?
Sus raíces se agarraban cada vez más al suelo, para estar
bien preparado a aferrarse a su tierra, en caso que lo vinieran a buscar.