¿Qué estarías dispuesto a hacer para
proteger a tus seres queridos?
Si una máquina amenazara con llevarse por
delante tu casa, tras la aprobación de un nuevo plan urbanístico, ¿te
plantearías hacer una sentada para impedir que la derribaran?
¿Se nos ocurriría subirnos a un árbol
para evitar que lo talaran?
El legado de Luna.
La historia
de una mujer, una secuoya y la lucha por salvar el bosque.
Julia Butterfly Hill
"Nadie tiene derecho a robar al futuro para conseguir beneficios rápidos
en el presente. Hay que saber cuándo tenemos suficiente", afirma
en su libro escrito durante los dos años que pasó en lo alto de LUNA, la
secuoya milenaria, para preservarla de la tala, a manos de Pacific Lumber, una
compañía maderera de California.
“… puesto que las sanciones que se les
impone a estas empresas son ridículas con respecto a las ganancias que
perciben, les es mucho más rentable violar las leyes que respetarlas”.
Julia los desafió durante 738 días,
en solitario a 50 metros de altura, hasta conseguir su propósito: preservar su
secuoya y todas las que se encontraban en un radio de 60 metros a la redonda.
Miembros de la organización
ecologista con la que colaboraba, se encargaron de suministrarle comida y todo
lo necesario para subsistir. Daba entrevistas desde su móvil -cargado a batería
solar- a periodistas y personajes famosos, negociando con las autoridades y con
la empresa.
Cuando bajó el 18 de diciembre de
1999 ya era un símbolo universal del ecologismo.
Leyendo El legado de Luna, uno toma conciencia de la
fortaleza física y espiritual, que puede proporcionar el reto de conseguir los
propios ideales.
Julia
Butterfly Hill sigue insistiendo hoy día, desde su Fundación Circle of Life, en que una sola persona puede cambiar las cosas, aunque para ello deba
vivir en un árbol.